viernes, 29 de mayo de 2009

Un noche para no olvidar.

El Barça de los récords añadió dos más anoche en la celebración del triplete: el de afonías provocadas en los aficionados y el de la magnitud alcanzada en la escala de Richter por el temblor causado por 98.000 aficionados saltando al mismo tiempo en las gradas del Estadi, posiblemente 100.000, pues ayer el control era complicado. Fue un terremoto de emociones que puso a prueba los cimientos del Camp Nou. Se movió todo. No sabe Piqué la que lió con su cántico del día del doblete: "¡Boti, boti, boti, madridista el que no boti!". Ayer lo entonaron los seguidores por iniciativa propia, con saltitos que hubieran 'acojonado' hasta a Norman Foster si ya hubiese llevado a cabo la remodelación.

Desde las 19 horas el Camp Nou se fue llenando de aficionados en una jornada de puertas abiertas, es decir, de 'tonto el último'... para no herir susceptibilidades. Fue un 'fiestón' que disfrutaron una amplia mayoría de 'no habituales' en el Estadi, gente que aprovechó su momento disfrutando como locos, como no podía ser de otra forma. La histérica espera se rellenó con el buen hacer del 'speaker', grupos musicales, olas y ensayos para la juerga posterior, como el del 'ziga-ziga' de Guardiola. Emotivo fue el himno del Barça cantado sin ayudas musicales, por un estadio entregado, tanto, que hasta cinco niños se extraviaron.

Los jugadores no llegaron hasta las 22.45 horas al césped tras la multitudinaria rúa por las calles de Barcelona. Primero entraron en el campo a la carrera por un córner, provocando el delirio, con Valdés, Xavi, Bojan, Jorquera y Víctor Sánchez al mando, cinco de la casa que conocen atajos. Tras ser llamados al orden, se fueron al vestuario y comenzó la locura colectiva, con Manel Vich dando paso uno por uno. Todos tuvieron su momento de gloria, con luces apagadas y un foco iluminando su camino. Iniesta y Valdés entraron con la Copa, Puyol y Xavi, con la Liga, Y Guardiola y Vilanova, con la 'orejuda'. Y con el 'We are the Champions' algunos tímpanos explotaron. Tras la vuelta de honor, los parlamentos y los fuegos artificiales, el 'Viva la vida' de Coldplay cerró una noche inolvidable.


Llevaban un día entero de juerga porque después de la conquista de un título como la Champions League vale todo. Había permiso para el cachondeo, para soltarse el pelo, pero cuando el técnico y sus jugadores cogieron el micrófono hablaron con el corazón a una afición que llevaba casi cuatro horas esperándoles en el Camp Nou.

Guardiola pidió cordura si en el futuro inmediato no se gana todo, quizás tiene miedo de que el barcelonismo se acostumbre mal. Luego dio las gracias a sus colaboradores, pidió un aplauso para los jugadores y se despidió "con una licencia: Ya la tenim aquí!, frase histórica que ya utilizó en 1992 en la celebración de la primera Copa de Europa, adaptación de otra grabada en la historia de Catalunya: el 'Ja soc aquí!' de Josep Tarradellas. Lástima que no se atrevió con el 'ziga-zaga' de la Recopa de 1997 porque el 'speaker' había estado ensayando con la afición previamente. Hubiera salido de maravilla.

Puyol agradeció el apoyo de la afición, "la mejor del mundo", e instó a la gente "a disfrutar la Champions League". También pronunció el 'Ja la tenim aquí' como capitán de un club "que ha hecho realidad un sueño".

Poco a poco fueron hablando la mayoría de jugadores, con Piqué de animador, aunque esta vez más comedido en sus cánticos. No hacía falta. Antes de la llegada del equipo ya hubo referencias al Madrid en las gradas sin necesidad de ayudas en el césped. Touré, que se había quedado 'mosqueado' por no poder hablar el día del doblete, se descubrió como un líder y fue de los más coreados con un "¡Touré, Touré!" rápido y enérgico que va para grito de guerra.

Valdés y Xavi arrancaron el sentimiento de lo seguidores, como Iniesta, que hizo un silencio tras el "visca el Barça y visca Catalunya!" para que la gente añadiera el "viva Fuentealbilla". Y lo logró porque entre Andrés y la afición hay química. Y de soso, nada.

Henry se metió al pueblo en el bolsillo al decir que "yatengo la copa que necesitaba en mi carrera, tras un año malo y otro muy bueno ya puedo decir que soy culé". Guddy apeló a que "soy un chico de pocas palabras" y se puso la mano en el corazón. Dani Alves, aclamadísimo, y Abidal apostaron directamente por el cachondeo. El francés se atrevió a imitar a Manel Vich con un "bona nit y benvinguts al Estadi". Y luego soltó un par de tacos, que siempre empatizan. Sylvinho emocionó mandando un beso a sus hijos. Eto'o se hizo de rogar pero arrancó "una sonrisa" y Messi, con una barretina y haciendo alguna 'ese', lo dio todo, al borde de la afonía, asustando a Guardiola al decir que "el año que viene lo vamos a ganar todo"

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